viernes, 21 de setiembre de 2007

Lumina mortis

Te encomendaste a tus hechiceros y a la luna
ellos te sedaron sin palabra alguna.
Tú disfutabas de tu mundo de ensueño
y ellos comenzaban a vivir su infierno.

De pronto mil demonios te invadieron
y unos ángeles te defendieron
Se desató una épica lucha
y tú bañándote en sangre como una ducha

Al rato tus ángeles cedían
pues más demonios te perseguían
caíste al piso sin poder levantarte
y ahi apareció ese ángel galante

Te dijo: Toma mi mano querida mia
es hora de la eterna partida
No tuviste más remedio que aceptar
que ahora sí este era el camino final.

Tus hechiceros finalmente dijeron
que hicieron todo lo que pudieron
Tus amados se ahogan en sus llantos
al saber que tu luz se ha apagado.


(Dedicado a una amiga cuya llama se consumó hace poco; Q.E.P.D.)

jueves, 7 de diciembre de 2006

Me arranco... ¿y para qué?

Me arranco los labios
para poder olvidar el dulce sabor de los tuyos
Me arranco las orejas
para jamás volver a escuchar tus tonadas
Me arranco los pies
para evitar seguir tu sombra
Me arranco los ojos
para impedir que tu luz brille en mi alma
Me arranco la nariz
para que tu aroma no cale en mis huesos

Finalmente...
Me arranco el corazón
para que la pena no me embriague con la melancolía.

¿Y todo para qué?
Si aun tu saliba me acongoja
¿para qué?

si aun siento tu música
¿para qué?
si aun la inercia hace avanzar mi cuerpo
¿para qué?
si aun mi vista no pierde tu silueta
¿para qué?
si aun tu perfume me deja vivo.

Y es que mi mente tiene sentidos propios
porque mi cuerpo estará muerto
pero mi alma sigue viva
clamando por que algún día
me veas siquiera en mi lápida
y yo desde las profundidades de mi infierno
para sólo decirte un TE QUIERO.

Final Feliz

En el turbio silencio
escucho brotar gotas de sangre
provenientes de tus ojos pálidos,
envueltos en párpados de amargura
y desolación incesante.

El tacto no miente,
siento tus manos gélidas acariciar mi cuerpo,
invadido por la pena que me acoge en la soledad.

Me regocijo en la calidez
de tus abrazos espinosos
pues he aquí la felicidad eterna.

No hay mejor melodía
que el de tus besos punzantes
y heme aquí tocando contigo
boca a boca nuestras notas
de un viaje sin retorno.

La huida

No sé ni qué pensar ni qué decir,
tal vez este es el cruel fin
El cielo deja caer lágrimas carmesí
en pos de mi alma pútrida y ruin
Gracias fiel soledad por estar ahi presente
porque los demás me dejan a mi suerte
Madre Tierra hazme espacio
al menos deseo tener ahi un buen descanso
Luna llena espera a tu hijo
sólo quiere tu amor y tu cobijo.
El cuervo espera por mi último llanto
y es que por fin me iré de este mundo de espanto.

Primer retazo

Mi amante, la soledad
mi hogar, la oscuridad
mi sentimiento, el eterno lamento
mi temor, que la luz queme mis ojos
mi frase, hasta que la muerte me cobije
mi lecho, el hielo que ahoga.